En términos de proyecciones de crecimiento, la economía paraguaya se ubica entre
las de mejores
perspectivas de Latinoamérica de manera consecutiva en los últimos 5 años.
El FMI atribuyó el crecimiento del país, uno de los más vigorosos de América
Latina, a una
combinación de shocks positivos de oferta en sectores clave, un gasto privado más firme y los
esfuerzos en el sector público para cerrar las brechas de infraestructura. En Paraguay existe un
sistema económico basado en el libre comercio, el libre intercambio, la libre importación y
exportación y la libre circulación de capitales. No existen controles de precios ni otros tipos
de restricciones.
El régimen impositivo es simple y beneficioso, donde la tasas del impuesto a la
renta personal,
empresarial y el IVA son de 10%.
La actividad económica se basa fundamentalmente en la agricultura, la ganadería,
servicios y el
comercio. El desarrollo industrial es escaso y se relaciona con la producción de carne, bebidas,
tabacos, maquinarias, equipos y derivados de la agricultura.
Paraguay es uno de los pocos países del mundo que contempla ampliamente en su
legislación la
promoción de inversiones, ya sean éstas nacionales o extranjeras.
Al inversionista extranjero se le garantiza legalmente, los mismos derechos y
obligaciones que
al inversionista nacional, sin más limitaciones que las establecidas en la ley. Además de la Ley
de Promoción de Inversiones, Régimen de Zona Francas y Régimen de Maquila, el país cuenta con
una serie de condiciones económicas y naturales que lo hace atractivo para las inversiones.